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Viajar Sin Rumbo Fijo

De cuando un mono me robo la cerveza

febrero 4, 2019
un mono me robo la cerveza

Ahora que he captado vuestra atención con este título gracioso y a la vez irónico empiezo a relatar como fue el día en que un mono me robo la cerveza.

Todo se remonta al mes de diciembre cuando estábamos descubriendo Vietnam, un país donde el turismo ha subido de manera alarmante y por ende sucesos como los que me ocurrieron a mí, cada vez son más presentes. Al menos eso creo yo.

Concretamente nos encontrábamos visitando lo que por el momento se define como una de las maravillas del mundo, la Bahía de Halong. La verdad es que es realmente bonita pero no sé yo si llega al punto de ser una de las maravillas del mundo. Siendo sincero no he visto las otras 6 maravillas con lo que no puedo tener una opinión crítica al respecto.

Habíamos contratado un tour que nos llevaba en barco visitando dos bahías diferentes: una de ellas la ya nombrada Bahía de Halong.  El tour también ofrecía una actividad en kayak.

Para bañarte realmente hacía frío. Habíamos decidió visitar Vietnam justo en la época más fría. La verdad es que no teníamos ni idea de que en Vietnam puede llegar hacer frío, pero eso es lo bueno que tiene viajar, aprendes en camino y siendo sincero para mí es la mejor forma de aprender.

Navegando con el Kayak
Navegando con el Kayak

La actividad en kayak fue realmente divertida, no era la primera vez que navegaba con un kayak – ya que mi hermano me había enseñado un tiempo atrás – y eso me dio una seguridad extra para adentrarnos los primeros del grupo bajo unas cuevas que se encontraban donde empezaba la actividad.

Una 1:30h después de estar navegando con el kayak se termino la actividad, comimos en el barco – hay que apuntar que la comida, para ser un tour turístico era buena y existían opciones vegetarianas –   finalmente pusimos rumbo a la famosa monkey island.

Antes de continuar quiero recalcar mí rechazo por los monos pequeños,  nunca me han caído muy bien, es el típico animal que puede llegar a domesticarse y que muchos humanos – por llamarlos de una manera respetuosa – utilizan para hacerse fotos con turistas o hasta para otras hazañas menos agradables.

La cuestión es que solo llegar a la playa ya vimos los graciosillos monos pequeños que iban peleándose unos con otros, jugando y espantando un poco al personal.

Entre todos ellos –tampoco había muchos, unos 10 o 15 peludos – se podía ver la jerarquía que gobernaba estos pequeños animales, pues destacaban unos 4 monos un poco más crecidos, entre ellos creí reconocer 2 hembras y 2 machos, uno era el que mandaba o al menos esa es la sensación que tuve.

La cuestión es que una vez bajamos todos del barco, el guía nos indico el camino para subir a lo alto de unas colinas que se encontraban en la isla y nos pidió a todos que dentro de 2 horas estuviéramos preparados para subir al barco y continuar el trayecto.

Al dirigirnos todos hasta las señalizaciones que nos harían llegar a la cima de la colina, unos  monos nos siguieron y saltaron encima de una chica japonesa que tenía su bolso colgado de la espalda, el mono al subirse no dudo ni un segundo en meterle la mano en el bolsillo, por suerte un amigo de ella ahuyentó al mono para que la dejara en paz.

Tendría que haber interpretado este suceso como un aviso, pero no lo hice.

Después de todo este suceso y que todos nos percatáramos, la velocidad del grupo aumento para llegar a la cima, dato que me hizo mucha risa, sin saber lo que me pasaría después.

Juntamente con Walter, nuestro amigo uruguayo nos decidimos a subir a la cima, estuvimos 1 hora entre que subimos y bajamos, una vez abajo teníamos aun 1 hora hasta que el barco partiera, con que decidimos ir a tomar una cerveza en un pequeño bar regentado por una familia Vietnamita que se encontraba en la isla.

La cerveza por supuesto era mucho más cara que en la ciudad, pero pagamos su precio y nos sentamos en una mesa un poco alejada de la barra, hay que mencionar que el bar no tocaba directamente al suelo, sino que habían levantado con unas maderas lo que podría llamarse una terraza.

Cuando llevábamos 10 minutos en la mesa, me dijo Julia:

-Aleix, tienes un mono justo detrás de tuyo.

Y yo como ya he comentado, los monos no me hacen ningún tipo de gracia con lo que me gire para poder controlarlo, perdiendo de vista mi cerveza, el mono se me quedo mirando a los ojos muy fijamente.

monkey island
Aunque la foto sea muy mala, se aprecia la cerveza que perdí de vista y la barandilla por donde el mono camino.

En ese momento captamos toda la atención de la gente del bar. Poco a poco el mono pequeño empezó andar sobre la barandilla de la terraza, aproximándose a nuestra mesa, yo realmente me aparte un poco no sabía sus intenciones pero no me parecía muy mono la verdad. Seguidamente el ladrón dio un paso adelante para llegar a nuestra mesa, me robo la cerveza con una rapidez que casi no me dio tiempo ni a percatarme y se fue corriendo unos metros para bebérsela…

En la mesa del lado había coca cola, en otra unas patatas, pero el mono borracho sabía perfectamente que quería y no tardo ni un minuto en cogerlo y marcharse.  La cara de tonto que se me quedo a mí fue para fotografiarla pero en ese momento no pensamos en ello. Todo el mundo empezó a reírse y en realidad yo también. Tuve la mala suerte de ser yo, pero fui testigo de un robatorio a cara descubierta y de una rapidez magistral, el pequeño mono lo hizo muy bien.

mono monkey island
Uno de los cómplices de la manda de monos, parece bonito hasta que te roban la cerveza.

Después de lo sucedido empecé a pensar que hubiera pasado si me hubiera cogido el móvil o el monedero, que por suerte tenía en el bolsillo, empecé a pensar si realmente estos monos roban por diversión, por hambre, por sed o hay alguien que les da de comer a cambio de todo lo que puedan coger.

Fue lo más divertido del día y una anécdota para recordar pero no paro de pensar en cómo en una isla realmente pequeña vivían monos, dudo que nacieran ahí y dudo que roben por placer.

Si quieres continuar leyendo nuestras aventuras lo puedes hacer leyendo nuestras reflexiones de viaje.