
¿Hasta qué punto puede llegar la humanidad a perder el tiempo? ¿Hasta qué punto de denigración puede, un turista, perder toda su dignidad y rebajarse a hacer 1 o 2 horas de cola solo para hacerse una foto?
Una foto que es una mentira, un intento de simular algo que no sois y, por lo que estáis dispuestos a gastar tiempo de vuestras vacaciones, que tanto anheláis, mientras estáis trabajando para sacar una foto y colgarla en redes sociales.
Turistas os hemos pillado, dejad de manipular fotos intentado parecer lo que no sois y lo que no seréis nunca.
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El turista mentiroso
Dónde ha quedado lo de irse de vacaciones para explorar, descansar, aprender y disfrutar.
Actualmente el turista se va de vacaciones para reponer su cuenta de Instagram, prioriza una buena foto a una buena conversa con un local.
Ha llegado un momento en el que los turistas prefieren coleccionar momentos artificiales, maquillando las fotos y esperando el tiempo necesario para poder hacerse la foto bonita y a solas.
Y todo ¿para qué? Para gozar de la gran satisfacción de recibir una cantidad de likes y dar envidia a todos sus amigos por haber tenido una foto en un lugar increíble.
Terminamos recopilando recuerdos de mentira para poder rellenar nuestras cuentas de Instagram. ¡Compañeros yo me bajo del mundo!
Para conseguir una foto así:

Hay que pasar por una cola así:

Esta foto propiamente es de Bali, el famoso templo Pura Lempuyang, también conocido como “Puerta del cielo”.
Para hacerse una foto en esta bonita puerta al cielo hay que esperar ni más ni menos que una media de 1:30h si tienes suerte.
Una foto totalmente trampa, ya que para hacerse se necesita de un pequeño espejo para que haga la simetría. Y que de puertas al cielo tiene poco, ya que, si te acercas a ver qué hay detrás de las dos torres, te encuentras con unas escaleras que bajan.


No es el único ejemplo, la gran y famosa muralla china es otro claro ejemplo de la intoxicación de turistas que recibe cada día. El turista incrédulo prefiere hacer cola para poder tener esa foto con la muralla china a solas, olvidando los valores reales de los recuerdos.


Y finalmente para poner otro ejemplo de lo que hace el turismo con los sitios más famosos, la conocida isla de Santorini en Grecia.
El turista imprudente y sin educación
Hay turistas y turistas, unos prefieren hacer grandes colas para conseguir fotos de mentira y otros arriesgar sus preciadas vidas para tener la foto que nadie tiene.
Ya no parece ser noticia fuera de lo común oír sobre terribles muertes protagonizadas por turistas que, por querer ir un poco más allá y conseguir esa foto de aquel animal, acaban perdiendo la vida.

Por no hablar del turista imprudente y sin educación que para conseguir esa foto es capaz de destrozar la harmonía local y natural del espacio donde se encuentra.

Cada año nacen menos tortugas marinas a causa de la intrusión de turistas en el entorno natural donde estos ejemplares van a poner huevos. Se asustan y dan la vuelta sin llegar a cumplir su misión de poner huevos. Eso sí, que la foto quede divina con todas las tortugas poniendo huevos.

Por actuaciones del turista medio en ciertos destinos europeos como es el caso de Amsterdam, han llegado a retirar emblemas típicos de la ciudad.
El famoso I Am Amsterdam fue retirado el año pasado (2018) con el objetivo de frenar el fuerte turismo masivo.
Y ya para finalizar con una lista de acciones realizadas por el turismo irresponsable que podría alargarse sin problemas, vamos hablar de los que, como no consiguen vivir emociones auténticas ni grandes historias, deciden inventárselas para contarles a sus amigos.
Para eso deciden con toda su cara que todo lo que ven es apto para fotografiar y que no hace falta ni pedir permiso ni preguntar si se les puede fotografiar.
No todos los turistas son iguales
No me malinterpretéis, no considero a todos los turistas iguales ni mucho menos. Si no os sentís identificados con los datos que he comentado anteriormente, es que no sois vosotros los turistas de los que hablo.
Por suerte para todos, hay una gran consciencia en lo relacionado al turismo responsable, cada uno ya sabe o no lo que tiene que hacer y cómo hacerlo.
Y si alguna vez os encontráis en alguna situación como la que he descrito, estoy más que seguro que sabréis reaccionar.
Hay turistas curiosos, simpáticos, agradables, interesantes, con mucha sabiduría, habladores, entusiastas, divertidos, responsables…
Y lo mejor de todo es ir conociendo varios turistas por el camino e ir aprendiendo de todos ellos y así poder perpetuar nuestro proyecto más grande, nosotros mismos.