Las conocidas mujeres jirafa o mujeres Padaung son una etnia muy machacada por el turismo irresponsable y la picardía de algunos interesados que vieron la oportunidad de hacer dinero con ellas.
Ellas no se reconocen con los nombres antes mencionados y se hacen llamar mujeres Kayan.
En nuestro viaje por Myanmar, tuvimos la suerte de poder recorrer las aldeas locales donde habitan las mujeres jirafa de Myanmar, erróneamente conocidas así, y poder conocer mucho más su cultura y dura historia.
En este artículo te contamos algunas de las cosas que nosotros aprendimos sobre la tribu Kayan para que puedas conocer un poco más quién son estas mujeres.
Índice del artículo
¿Quiénes son las “mujeres jirafa”?
Las mujeres Kayan pertenecen a una etnia tibeto-birmana procedente del desierto de Gobi (Mongolia) que emigraron a Myanmar hace ya más de 2000 años.
Las mujeres Kayan son conocidas por llevar alrededor de sus cuellos un collar que se enrolla formando un espiral.
También se los enrollan alrededor de la parte baja de las piernas y llevan adornos en las muñecas.
Actualmente estas mujeres viven en Myanmar y forman parte del grupo étnico Padaung.
Según sus creencias, la tribu Kayan es originaria de un dragón hembra y un ángel hibrido de humano.
A mediados de los años 50, la nación Karen, territorio donde habita esta etnia en Birmania, se alzó en armas para luchar por la independencia de su nación y territorio.
Actualmente, en Myanmar existen muchos conflictos con ciertos grupos étnicos, ya que nunca han pertenecido a la cultura birmana y tienen la suya propia. Las mujeres Kayan son un ejemplo de ello.
Por culpa de la sucesión de periodos armados y los abusos del ejército birmano, muchas personas de Birmania, incluidas las mujeres jirafa (Kayan) se han visto obligadas a emigrar al país vecino Tailandia.
Entre todos los campamentos de refugiados que se formaron, el gobierno de Tailandia vio que el de las mujeres Kayan tenía un especial interés para el turismo.
Es en este momento empezó una dura pesadilla para las mujeres Kayan.
La tradición del collar
La tradición del collar empieza des de los 5 años solo en las mujeres, se empieza con un espiral de 10 cm de altura.
Para determinar el día de la aplicación del collar de latón, el chamán del pueblo consulta el oráculo de los huesos de pollo y así determina el día para la ceremonia.
De la misma forma a las más pequeñas se les aplican unos brazaletes plateados y un espiral debajo de sus rodillas.
A medida que las chicas se van haciendo mayores, los collares se cambian y aumentan de tamaño, de esta forma el apoyo del collar recae en los hombros debilitándolos y cubre la parte inferior del cuello.
De esta forma los hombros se rebajan y da la sensación de un cuello más alto, pero en realidad el cuello no es más alto.
La ceremonia para poner el collar tiene un tiempo variado, según el número de vueltas que haga sobre el cuello, el espiral tiene de 20 a 25 centímetros y da de 20-25 vueltas en el cuello.
El collar se va adaptando manualmente al cuello de cada mujer, con lo que dependiendo de cómo tenga el cuello se terminara antes o después.
El espiral del cuello no se puede sacar casi bajo ningún concepto, solo en raras ocasiones como por ejemplo cuando tienen un problema médico y es necesario una prueba de rayos X.
Solo las más experimentadas y más viejas mujeres conocen la técnica para sacar el collar, solo se realiza la ceremonia en luna llena y con el motivo de poner un collar aún más grande.
Mito sobre el cuello largo
Des de fuera, el cuello de las mujeres jirafa puede parecer más alargado que el de una persona que no tuviera el cuello, pero eso no es del todo cierto.
El doctor americano John M. Keshishian tuvo que hacer una prueba de rayos X a una mujer Kayan, quien tuvo que quitarse el collar y ahí revelo el secreto del cuello alargado.
Ni las vértebras, ni los discos intervertebrales estaban estirados, en cambio toda la cintura escapular, las clavículas y las costillas se habían deformado de forma hacia abajo.
A causa de llevar el collar de latón, los hombros de estas mujeres se caen formando así una falsa sensación de tener el cuello más alargado.
Tailandia y las mujeres jirafa
Si estas visitando o tienes planeado ir al norte de Tailandia seguramente habrás oído hablar de las “aldeas” de las mujeres jirafa.
Seguramente te suscite un gran interés, pero lo cierto es que las mujeres Kayan, como a ellas les gusta que las llamen, son víctimas de una realidad vinculada con un turismo nada responsable.
Si paseas por Tailandia podrás ver una gran cantidad de agencias que te ofrecen tours y visitas a los poblados de las mujeres jirafa o también puedes alquilar una moto y visitarlos por tu cuenta.
La realidad de estos poblados es que las mujeres Kayan están obligadas a llevar sus collares para que el gobierno saque provecho del turismo que las visita.
¿Te imaginas todo el día sentada en un sitio para que vengan turistas y se hagan fotos contigo? Sin libertad de movimiento ni de poder vivir libremente.
Como hemos dicho anteriormente, las mujeres Kayan son originarias de Myanmar. Como consecuencia del conflicto militar del gobierno de Myanmar, muchas de ellas se vieron obligadas a emigrar a Tailandia.
Las mujeres Kayan tenían una vestimenta diferente al resto y llamaban la atención por los aros en el cuello, el turismo se sintió atraído en ellas y el gobierno tailandés vio que podía sacar provecho a su costa.
La primera medida que tomo el gobierno de Tailandia fue la de cobrar para acceder a los pueblos donde se encontraban las Kayan, concretamente en la provincia de Mae Hong Son.
Como no se les reconoce la ciudadanía, ni birmana ni tailandesa, no pueden tener un trabajo “normal” ya que no tienen papeles, así que viven en un estatus jurídico inseguro.
A base de pequeñas limosnas y la venta de artesanías que hacen, han tenido que subsistir hasta el día de hoy.
Actualmente el pueblo de las de la etnia Kayan se encuentra en Myanmar viviendo de forma “libre” y en el norte de Tailandia de forma “esclavizada”.
Es muy importante saber como conocer la historia de cualquier tribu o etnia de forma etica y responsable, si te ha gustado el articulo alomejor te interesa ¿Hasta dónde puede llegar el ser humano?