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Viajar Sin Rumbo Fijo

La historia la escriben los vencedores: genocidio de Camboya

febrero 8, 2019

En el año 1944 el conocido escritor George Orwell pronunciaba una de sus emblemáticas frases: “La historia la escriben los vencedores”.

Resulta gracioso, pero cuando se está hablando de un conflicto o de una guerra nadie sale vencedor. Nadie gana nada. La guerra no tiene vencedores.

Aunque sea cierto o no que la historia la escriben los vencedores y que el paso del tiempo también da voz a los vencidos, la gente que lo ha vivido, lo ha sufrido y que nada tiene que ver con los de arriba, son las únicas perjudicadas de cualquier conflicto y los que realmente hacen la historia.

Antes de continuar, me gustaría hacerte una pregunta: ¿qué sabes de Camboya? Seguramente conozcas la existencia de unas ruinas llamadas Angkor Wat, la sepas ubicar en un mapa y si has viajado a su capital puede que sepas algo de lo que me gustaría hablar.

Por regla general, en Europa y el mundo occidental se sabe más bien poco o nada de la historia de Camboya.

Pero lo cierto es que no hace muchos años, la población de Camboya sufrió una de las mayores historias de terror jamás contadas.

Todavía son muchas las personas anónimas y voces silenciadas que están esperando tener su lugar en la historia y memoria del país.

Pol Pot y el genocidio de Camboya

El 17 de abril del 1975, después de cinco años de bombardeos interminables como consecuencia del conflicto internacional vietnamita, Pol Pot y su guerrilla llegan a Phnom Penh derrocando al antiguo dirigente Lol Non que estaba en el poder por un golpe de estado.

llegada jemeres rojos
Llegada de los Jemeres Rojos a Phnom Penh

Rápidamente se ganan la simpatía de la población, ya que erróneamente piensan que llegan para poner fin al largo periodo de bombardeos que había sufrido la población de Camboya.

Sin embargo, el país estaba engañado. Con la llegada al poder de Pol Pot empieza lo que denominaron “año cero” y el proyecto de la nueva “Kampuchea”.

pol pot
Pol Pot

Los dirigentes del nuevo gobierno denominados “jemeres rojos” empezaron por evacuar las ciudades y a trasladarlos al campo con la intención de crear una nueva sociedad basada en la revolución agraria.

Pero no solo eso, también se abolió la moneda, destruyó cualquier infraestructura relacionada con la salud y educación. Se suprimió el comercio y todas las manifestaciones culturales, religiosas y artísticas.

Los ciudadanos fueron repartidos por diferentes pueblos y las familias cruelmente separadas.

campos de trabajo
Niños en campos de trabajo

El único fin del régimen de los jemeres rojos y Pol Pot era plantar arroz a grandes cantidades para convertirse en el principal productor de arroz mundial.

Todo lo que había sucedido antes de la llegada al poder de los jemeres rojos debía ser eliminado y completamente destruido.

Todo aquel ciudadano de Camboya o persona que se encontrara en aquel momento en el país debía acatar las órdenes. En el caso de no hacerlo era asesinado por ser considerado enemigo del régimen o trasladado a cárceles clandestinas como la existente en Phon Phem o a los conocidos “campos de la muerte”.

fosa camboya
Fosa en Camboya

Además, cualquier persona con formación universitaria, aspecto de intelectual, manos delgadas o que llevase gafas también era condenado y sufría el mismo destino.

Durante los cuatro años que duro la dictadura de Pol Pot, casi dos millones de personas murieron torturadas, esclavizadas y asesinadas. Este dato representaba en su momento el 21% de la población.

La prensa internacional mantuvo en silencio el genocidio camboyano. Todo un pueblo silenciado, una historia silenciada que aún esta superando las duras consecuencias y a la espera que se haga justicia.

Años después, las consecuencias de ese periodo continúan presentes en un país gobernado por el mismo hombre desde hace más de 30 años. Presidente impuesto por Vietnam, país que junto con tropas camboyanas fue el encargado de la “liberación” de Camboya.

La dura y cruel realidad es que el genocidio de Camboya llevado a cabo por los jemeres rojos ha sido el mayor genocidio de la historia con uno de cada cuatro camboyanos muertos.

Conocer la historia para no repetirla

Si bien es cierta la frase de “quien no conoce la historia está condenado a repetirla” qué podemos hacer si son los propios medios los que ocultan la historia y las potencias mundiales las primeras interesadas en no querer que salga a la luz.

¿Cómo puede ser que en un mundo globalizado como supuestamente es el nuestro se sepa “tanto” de unas cosas y otras ni si quiera parecen que hayan existido?

En primer lugar, el juicio y el tribunal internacional que condenaba a los responsables del genocidio no ha dictado sentencia hasta 2018. Han tenido que pasar casi 40 años para que se empiece hacer justicia por los crímenes de Camboya.

genocidio de camboya
Presos en una carcel de los Jemeres Rojos

El año 2018 también ha sido la primera vez que se ha reconocido el genocidio de Camboya y los crímenes contra la humanidad.

Pero lo más grave de esta historia y seguramente el motivo principal por el que se ha tardado tanto tiempo en realizar un juicio internacional contra los crímenes cometidos es debido a la contribución del mundo occidental en el genocidio.

Ninguna potencia mundial estaba interesada en un juicio. La ONU tenía un representante que años después ocupo el banquillo de los acusados, EEUU había estado bombardeando durante años sin parar de forma completamente clandestina a Camboya y Laos, China financiado y apoyado a Pol Pot y el Reino Unido enviando soldados para entrenar en secreto a los aliados de Pol Pot.

En definitiva, cuando conocer la verdad de un país queda en un segundo plano por los medios internacionales y los intereses políticos es lo único que importa, la única forma para poder conocer la historia es escuchar a quién lo ha vivido.